PROPAGANDA
entrega 18
3 de marzo del año 2006
Será que no puedo dormir porque tengo miedo a la oscuridad.
Porque cuando llega el momento de cerrar los ojos me inquieta que los fantasmas vengan a cantarme canciones de cuna,
me asusta que me arrullen acariciando mi cabello con sus manos descarnadas,
que sellen mis párpados con sus labios sin sangre,
que pongan pesadillas dentro de mis oídos,
como si me derramaran un frasco lleno de insectos.
Y es que, para qué dormir,
si los únicos sueños que a la mañana siguiente puedo recordar son los más amargos y terribles,
Si mi única compañera es la soledad que puntualmente me espera en la cama con su desnudez invisible, con su indiferencia,
su vacío.
si el único ruido que parece que puedo soportar es el latido de mi corazón que se reconoce algo cansado,
el ladrido de perros que tratan de comunicarse ayudados sólo por el eco de la noche.
Cómo dormir si no tengo la marea quieta de tu respiración para que me cuide, para que me prometa que mi respiración también importa,
si no estás ahí, para que, mientras intento dormir, me tomes de la mano, me tranquilices,
para que pueda recorrer ese túnel de espinas y gusanos sin que me salgan ampollas en el alma.
Será que por eso huyo del sueño, como se huye de la orilla de un precipicio,
como se hace cuando evitas que una tormenta entre a tu casa cerrando de golpe la ventana
como hace el diablo a la entrada de la iglesia.
¿Cómo dormir si mi piel se siente desesperada, adolorida, reclamándome la ausencia de tus besos?
¿cómo?
que duerman bien
P.F.