martes, agosto 30, 2005

Entrega 4

PROPAGANDA

entrega 4

lunes 29 de agosto del año 2005

Quise atrapar al universo con un guiño de mi corazón

pero me di cuenta que no lo traía puesto…

Creo que lo olvidé cuando tomé el último tren que partía a la media noche

huyendo de las brujas que siempre me persiguen

cuando la sobriedad del insomnio me invita a tomarme un trago

convidándome de su única botella…

Quise creer en las palabras de la gente

sentir que me tocaban con el reflejo vacío de sus ojos

verlos de frente aun cuando no entendiera sus idiomas…

He querido callarme tantas veces

que ahora mis palabras, cuando logran salir,

ya no pueden decir lo que realmente significan

ya no conocen al mundo que describen

ya no caminan, ni nadan. ni sonríen…

ni sostienen conversaciones importantes

porque las brujas se encuentran ahí, vigilando…

Quise irme, salir caminando del incendio

pero el insomnio me pide que me quede y abre otra botella que trae escondida

en el fondo de su abrigo…

Digo que sí y me quedo

bebo de un trago toda la sangre que me sirve

y me observa complacido, sonríe con mi obediencia ,

con mi debilidad comprobada a toda costa…

A los flacos de voluntad se nos cargan más las pulgas

nos encanta aceptar invitaciones peligrosas

probar hasta dónde es que podemos jalar de la cuerda

sin que nos asfixiemos…

Nunca la sangre me ha sabido igual que cuando he tenido mis citas secretas con el hombre del abrigo sin estrellas…

Nunca ha sido la única botella que tiene para ofrecerme aunque él siempre diga lo contrario

sus mentiras valen para mí

le creo, inevitablemente…

Él lo hace desde que nos conocemos

le divierte tenerme tirado en la cama

con los ojos más abiertos que en el día

como si al cerrar los párpados se me clavaran avispas

o bien se fuera a terminar el mundo…

Quise levantarme de su mesa

ponerme la piel que llevaré al día siguiente

quitarme el reloj y tirarlo al mar

junto con las fotografías de mis viajes que haré en el futuro

a ese mar, a ese océano más alejado de todo…

Y fue entonces cuando, por fin, llegó el sueño…

pero sólo para decirme buenos días…

Pingüino Frog