lunes, enero 16, 2006

PROPAGANDA quinta entrega

La soledad es la frustración inmensa que no se acaba aunque nos acompañe nuestro mejor amigo.

Precisamente hablo de la soledad que sólo puede convidarnos un cuerpo a todas luces distinto, sonoro, que camina al ritmo de nuestro propio asombro. Un cuerpo que puede inmediatamente quitarnos toda la tranquilidad que creíamos alcanzada, pero que ahora y para siempre se ha vuelto ausente.

...de ese tipo de soledad hablo, de ese sentirse enfermo sin razón aparente, de ese diálogo con uno mismo que constantemente se va haciendo espeso en la garganta, que va invadiendo todos los actos intrascendentes de nuestro quehacer diario...

...la rutina ha dejado de darnos ese amarre, sin el cual sería imposible levantarnos. La rutina de la soledad se cumple exacta como la nuestra, hace imposible acostumbrarse al espacio desperdiciado de la cama, al silencio que se quebranta cuando al terminar el día metemos la llave a la cerradura y al abrir la puerta del departamento se sigue confirmando lo que ya sabías... no hay nadie esperando...ya ni tú mismo te encuentras ahí, ya ni tú mismo encuentras tu verdadero rostro en el espejo...

...y te acuestas en el centro de la habitación a oscuras y la única luz que alimenta tu esperanza es la brasa del cigarrillo que también tendrá un tiempo exacto para consumirse...cierras los ojos, por algunas horas los sueños te dejarán existir