viernes, febrero 01, 2008

entrega 88






Regresé al mar

por fin...


Como regalo

me obsequió

atardeceres melancólicos

exquisitos



Crepúsculos

sólo capaces

en la ironía del salvaje Pacífico



Regresé

y la primera noche

me contó un secreto

él,

está profundamente solo



Por eso,

golpea

algunas veces

planea venganzas inauditas

construyendo las tormentas más terribles



y

aunque nos bese los pies

se molesta

pues nadie entiende

nada ni nadie puede consolar

su inacabable soledad

que da vuelta al horizonte



Volví

para que pudiera confiarme

el secreto de su dolor

que todos los mortales temen escuchar



y

aunque su confianza me hizo bien

también

me hizo algo de mal




Regresé

para encontrarme a mi mismo

y, de nueva cuenta

sólo pude encontrarte a ti




dulces sueños...

pf